Vivimos en una sociedad donde las relaciones personales son muy importantes, pero, en realidad lo que se relacionan no son las personas, sino los avatares de cada uno(cargos en las empresas, personajes públicos, conocidos de amigos influyentes, políticos, etc.).
Por tanto, en el momento que dejamos de ser ese «avatar» pasamos a la zona de personajes molestos, ya que realmente esas relaciones personales no son recibidas de la misma forma, es decir, que no quieren recibirlas y si lo hacen es para cumplir el tramite.
Con el paso del tiempo se pasa al olvido, donde aquellas personas que están con sus «avatares» vigentes, ya no recuerdan a aquellos que hasta hace poco les entusiasmaba relacionarse, incluso envidiaban a aquellos que habían conseguido entablar relaciones, y es que la fuerza con la que la gente olvida a los que fueron es impresionante.
El rincon de Javier 